martes, 17 de febrero de 2015

Notas acerca del vínculo entre la Academia y el campo actual de las artes visuales en Tucumán

Romina Rosciano Fantino
Texto presentado en las II Jornadas de Arte Contemporáneo Latinoamericano (La Ene) en Buenos Aires, en Noviembre de 2014, y en el 5° Foro de Arte Contemporáneo y Políticas Culturales, en S. M. de Tucumán en Septiembre de 2014


Se puede decir que la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán tiene una tradición de cierta envergadura. Sus inicios como Departamento de Arte son compartidos con los de la Universidad, que cumplió un centenario en el presente año, lo cual no es poca cosa. Al hablar de la Facultad de Artes en referencia a las artes visuales, sería conveniente circunscribirse a la carrera formadora de la gran mayoría de artistas, gestores, docentes, críticos y todo aquel involucrado en este campo, es decir, la Licenciatura en Artes Plásticas.

Pero, ¿es posible hablar de tal cosa como campo de las artes visuales en Tucumán, o quizás sea más acertado hablar de cuasi campo (Aldo Ternavasio, 2010)[1] para el caso de Tucumán? Si se procede bajo la premisa de que hay tal campo o cuasi campo de las artes visuales, ¿cómo es este y cómo se vincula con estas instituciones académicas? La mirada se dirige en primer lugar a los espacios de exposición: museos, centros culturales, galerías, y otros espacios autónomos. Si tan solo se toman algunas de las muestras realizadas en el último año, un número cuantioso de estudiantes, egresados y docentes de esta academia salta a la luz.

Facultad de Artes, frente

Museo Provincial de Bellas Artes "Timoteo Navarro"




























Teniendo en cuenta todo esto, lo que este trabajo se propone a abordar es una primera aproximación a la incidencia de la Academia sobre el campo actual de las artes visuales de Tucumán. ¿La propuesta formadora de la Academia tiene en cuenta el campo de las artes visuales, las posibilidades profesionales? Si pensamos en las propuestas pedagógicas de los distintos talleres y espacios de la institución académica y su relación con el medio, ¿es posible identificar una relación directa entre estas dinámicas académicas y las dinámicas del campo en cuestión? ¿Las mismas se formularon como objetivo actuar sobre el medio, y si fue así, cómo concretaron esto? En la última década, y con mayor intensidad en los últimos cinco años, se han puesto en marcha espacios de experimentación y producción como así también de investigación e intercambio teórico en el contexto tucumano. El presente trabajo analiza estos signos que dan cuenta tanto de la visión del arte de los actores culturales involucrados como de una cierta dinamización de la escena, y presume la existencia de un vínculo estrecho entre estos signos y los objetivos de los proyectos académicos de los últimos años.



La Facultad de Artes. Un espacio entre el pasado, lo nuevo y lo desconocido

No es difícil ubicar la Facultad de Artes de la UNT en el contexto Tucumano, ya que posee esa característica muy común en las instituciones de la provincia: la extraña mezcla de elementos y estructuras excelentes conviviendo con otros de calidad cuestionable. Distintas generaciones de artistas y docentes le dieron a través de las décadas su perfil altamente complejo, donde conviven en una no tan perfecta armonía ideologías opuestas, intereses en común y desencontrados, defensores de una u otra estética.

La carrera de Artes Plásticas, cuyo plan de estudios o currícula fue pensada e instalada a mediados del siglo XX, presenta una materia eje que atraviesa todos los años de cursado y a la que debemos especial consideración: el taller. De primer a quinto año, hay veinte horas semanales de cursado de taller que todo estudiante debe cumplir. Es decir, ya tendríamos aquí una área definida de cierta importancia que nos llama la atención, pues se trata de un espacio de alta carga horaria, la cual puede tener implicancias que incluso llegan a exceder el programa de la cátedra; por su estructura, estas cátedras de taller permiten a través de sus dinámicas incidir sobre el campo ¿Por qué sucedería tal cosa? Pensemos, en primer lugar, que un mismo grupo de personas, de un número no menor pasan juntos muchas horas diarias trabajando, intercambiando opiniones, ideas, relatos. Esta alta carga horaria junto con cierta constancia del grupo humano determina una dinámica muy específica de cada taller. Así sucede en los distintos talleres de escultura, de pintura y en el de grabado. Por otro lado, esa dinámica está establecida por el grupo docente de la cátedra como por cada docente en particular. Sucede que algunos talleres presentan una dinámica con mayor cohesión en la propuesta estética y pedagógica que en otros, lo que nos podría dar la pista de que en un taller hay un proyecto de cátedra (que involucra los contenidos, la metodología y la extensión) mientras que en otro taller no existe tal cosa o no se trabaja en esa dirección.

Ex taller de II° Año de la Lic. en Artes Plásticas
Además de los talleres, algunos docentes son a su vez directores de proyectos de investigación, o forman parte de ellos. Estos proyectos, insertos y presupuestados por el Consejo de Investigadores de la UNT (CIUNT), dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNT, abarcan distintos temas vinculados a las artes plásticas o visuales. Los temas van desde la escultura en Tucumán, el arte y el espacio público, las políticas culturales y de imagen, el arte y las culturas digitales y la gestión. Dentro de la investigación no podemos olvidarnos de los once institutos que se encuentran vigentes, siete de los cuales están dedicados a las artes visuales.

Si lo académico implica lo curricular (talleres y cátedras), la investigación (proyectos e institutos) y la extensión, faltaría entonces anotar algunos datos al respecto. La extensión universitaria implica necesariamente un campo sobre el cual desplegarse, comunicando y sociabilizando afuera todo aquello que se trabaja dentro de la institución. De la Secretaría de Extensión dependen el Salón de Artes Visuales Carlos Navarro, los Talleres Arte para todos, una muestra anual con producción de los docentes y durante aproximadamente los dos años que duró, la feria de arte y artesanías Paseo de las Artes.

1° Jornadas de Investigación de la Facultad de Artes UNT

5° Foro de Arte Contemporáneo y Políticas Culturales 



































































¿Un campo para las artes visuales?


Con estas sintéticas anotaciones ya tendríamos alguna diagramación sobre la FAUNT y desde aquí podríamos establecer ciertas observaciones sobre el vínculo entre estas y el medio.

En este cuasi campo, en el que bien señala Ternavasio la ausencia de coleccionismo, de mercado, de mecenazgo y de museificación[2], sí han comenzado a tener más presencia espacios no oficiales de exposición durante la última década. La Punta, Rusia Galería, El Rancho, por nombrar ciertos espacios que incluso ya tuvieron su estadía en algunas ediciones de arteBA; La Cripta, El Pasaje Galería, Espora, Yungas, El Taller, El Cuarto Naranja, Un Club, Oceáno, Amaranta, Borde Galería, sin mencionar algunos otros que tuvieron corta duración, son los espacios que nos interesan. Entonces, mientras persiste aquella ausencia, junto a una incierta o nula política por parte de las instituciones oficiales –museos, Ente Cultural, Extensión Universitaria-, han surgido en buena hora una lista suculenta de gestiones autónomas que salieron a la respuesta de ese cuasi campo con un gran vacío. Y bastaría con dar una rápida mirada a los directores, gestores y colaboradores de estos espacios para identificar artistas o egresados formados en la FAUNT, seguramente encontraríamos al menos uno involucrado. Sin duda, aquellas iniciativas autónomas fuera de espacios de exposición como Grupo Fulcro, Bocha de Limón, Bondi Colectivo, están compuestas por artistas que pasaron por la Academia.

Sol Rodríguez Díaz en Espora Arte Contemporáneo
Bocha de Limón en Borde Galería


























Juan Grande en El Pasaje















Por otro lado, podríamos simplemente señalar algunos –muy pocos- espacios de intercambio teórico. Hace cinco años tuvo su primera edición el Foro de Arte Contemporáneo y Políticas Culturales, un primer paso importante en cuanto a la investigación; presentaba una plataforma nueva y única en la región para instalar ideas, crítica, debate, conocimiento. Surge a partir del proyecto de investigación homónimo, uno de los proyectos mencionados anteriormente insertos dentro del CIUNT. En el 2012 uno de los institutos de la FAUNT (el Instituto Binacional de Arte y Espacio Público) organizó el 1° Congreso Nacional sobre Arte Público en Argentina, aunque sin continuidad, y en el mismo año el Taller de Grabado organizó el 1° Simposio Iberoamericano de Arte Impreso. Este tuvo su segunda edición en el presente 2014, en el que también se realizaron las 1° Jornadas de Investigación de la FAUNT, destinadas a los docentes y estudiantes investigadores de la misma. ¿Qué podríamos decir sobre esto? Un primer supuesto posiblemente diría que la toma de conciencia sobre la importancia de la producción teórica en la constitución de este campo es relativamente reciente, y que la misma no está dentro de los objetivos planteados en aquellas cátedras, proyectos e institutos de investigación, con excepción de estos casos puntuales. Aunque estos sean reducidos, sin embargo ya habrían dado muestra de ciertos efectos sobre el campo, entre los que podríamos nombrar la confluencia de actores culturales de nivel nacional e internacional, el consecuente intercambio regional que esto genera, el leve incremento de los interesados por esta parcela teórica del campo en cuestión.

Por otro lado, si observamos el papel de los Museos, de los centros culturales, del Ente Cultural de la Provincia en este cuasi campo, podríamos arrojar algunos datos puntuales. El sistema que –a propósito o no- estas instituciones plantean es: todos los años lanzan convocatorias para salones o para sus salas de exposición, los artistas se presentan, estos quedan seleccionados o no. Podríamos decir entonces que si bien un gran número de las muestras, individuales y colectivas, de la última década son exposiciones de artistas formados en la Facultad, las mismas son posibles en virtud de la iniciativa individual o de grupo, pero no fruto de un programa, de una planificación, de una red pensada por una o alguna de estas instituciones.


Espacio Cripta

Rusia/GALERÍA

Es decir, hay una continuidad en la relación de artistas locales y la academia local, de lo que podríamos manifestar que se trata de un acierto aún vigente de la tradición tucumana en la formación de sus artistas. Sin embargo, podríamos decir que aquí se cumple esta denominación de cuasi campo, porque ante un considerable número de artistas dados a luz por la Academia, tanto esta no se ocupó de manera sistemática en dinamizar y reconfigurar ese cuasi campo a través de proyectos o programas con el claro objetivo puesto en él, como así tampoco aquellas instituciones que ya operan sobre el mismo han incluido en sus agendas la preocupación sobre qué se debe actualizar, cambiar, promover, y cómo conseguir esto. Con políticas claras, planificadas, con plazos cortos y largos de concreción, el campo podría tomar otra configuración.



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[1] Aldo Ternavasio (2010) “Del karaoke poshistórico. Notas sobre Tucumán y la resurrección considerada como una de las Bellas Artes”, Fernando Farina y Andrés Labaké (directores y productores editoriales), Rafael Cippolini, Fernando Farina y Andrés Labaké (curadores), Poéticas Contemporáneas. Itinerarios en las artes visuales en la Argentina de los 90 al 2010, Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, pp. 51-53. Aquí Ternavasio plantea que más que un campo habría un cuasi campo en el caso de Tucumán en la que los artistas, a pesar de dar amplias señales de un trabajo profesional, el mismo no sería más que una ficción, puesto que ante una ‘ciudad con sorprendente capacidad para producir artistas contemporáneos’ se contrasta una importante ‘incapacidad para construir un campo profesional’, vinculando esta incapacidad con la falta de políticas institucionales, o instituciones en sí, que se ocupen de cimentar el mismo.
[2] Op. cit.



Antonela Aparicio en El Rancho

Javier Soria Vázquez en La Punta

La Punta

Sofía Noble en Un CLUB

Marcos Bauzá en El Cuarto Naranja




































































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