Pensar la obra de Marcos Figueroa en su conjunto requiere historizar su producción a la luz de los acontecimientos que han marcado las últimas cuatro décadas en el arte, la historia y la cultura. La permeabilidad de su trabajo respecto de estos acontecimientos ha resultado en una obra en constante desplazamiento, incorporando diferentes operaciones conceptuales y resolutivas. Figueroa ha trabajado en muchas oportunidades sobre el concepto de “memoria”. En 1981 inauguraba Registros, junto con el Grupo Norte, aquella primera ambientación paradigmática que inauguraba otro modo de pensar el arte para los artistas locales. En el año 2010 inauguraba su instalación Archivo, como un modo de preservar en la memoria la producción artística tucumana. Transposiciones, traducciones y otros hábitos, no es la excepción.
Figueroa incorpora desde 2007 el alambre de púas como material de trabajo. La selección y la respuesta de este material a las operaciones a las que lo somete, abre un conjunto de significaciones contenidas en la naturaleza del propio material y su historia. Los alambres de púas forman parte de cárceles y campos de concentración, delimitan las propiedades privadas de las públicas, sirven de obstáculo en la guerra ante el avance enemigo, etc. En todos estos usos culturales está siempre incorporado el sentido de límite, de borde, de barrera que contiene algo demasiado peligroso o demasiado valioso como para arriesgarse a ser atravesado. El alambre de púas carga con un conjunto de sentidos colectivos e históricos que Figueroa explota con su obra. El artista recrea con este material besos del cine norteamericano, iconos de la cultura globalizada o del american way of life, pero también conceptos abstractos como libertad, amor, belleza o sensualidad que son atravesados, encarnados y puestos en situación por aquel material hostil y peligroso, planteando un juego de contradicciones entre lo visible y lo conceptual, entre lo que atrae y lo que pone distancia.
En “Transposiciones, traducciones y otros hábitos”, el artista reúne una serie de imágenes que tienen que ver con algunas obsesiones recurrentes, preguntas que se hace frecuentemente sobre los límites de algunas cosas como por ejemplo la vida que nos pasa y la necesidad de retenerla, de fijarla, el ejercicio del poder y el amor.
La muestra inaugura el miércoles 10 de junio a las 21hs en Borde Galería de Arte, (general Paz 576, 6° piso), y se la podrá visitar de lunes a viernes de 10 a 13hs y de 18 a 21hs hasta el 10 de julio inclusive.
bordegaleriadearte.wix.com/borde
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