Una nueva edición del Taller Abierto se expuso en el Taller C de la Facultad de Artes de la UNT. El "Taller C", cátedra de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Facultad de Artes de la UNT, viene organizando hace varios años la muestra "Taller Abierto", realizando una edición anual. En ella, cada estudiante del taller expone una pieza realizada durante el año de trabajo. Como bien lo define Marcos Figueroa, docente a cargo de la cátedra, "el Taller Abierto es un ejercicio de montaje", está pensado como un paso más en el proceso de formación de quien transita por la cátedra. Año a año el equipo docente de la cátedra, integrado por Carlota Beltrame y Geli González junto a Marcos Figueroa, guían a los estudiantes en la elección de la pieza a exponer y organizan colectivamente, junto con los estudiantes, el montaje de las mismas; aquí se hace visible la puesta en práctica del montaje, ejercitar las relaciones entre las piezas, analizar el espacio, acordar en la lectura de la muestra y en todo lo que implica esta.
Y como bien enuncia el título del presente artículo, cada edición se supera a la anterior. Aunque no sea esta la premisa para encarar la muestra, hay pequeños ajustes que se hacen evidente en el resultado final. Sin embargo, este año contó con mayor cantidad de obras, aunque no por ello se vieron invadidas unas a otras.
De manera general, hay una importante presencia de objetos, muchos de formato pequeño, e incluso un objeto o escultura de una escala mayor, como la mesa inclinada de José María Rodríguez, o el tubo de red colgante de Carolina López. Volviendo a los objetos pequeños, resalta la pieza de Jimena Herrera, un simple reloj despertador cuyos minuteros y segunderos hacían correr polvo de pastillas pulverizadas de Valium: toda la simplicidad del reloj desaparece ante semejante y fuerte hallazgo.
Resultan muy interesantes dos piezas ubicadas cerca de la entrada, dos "cuadros", con sus marcos, pero que de tradicionales sólo tienen el recuerdo. Una pintura de Leandro Fernández, que consiste Las Meninas de Velázquez intervenida con un personaje creado por el artista, "el Coche", un clásico en las calles de San Miguel de Tucumán. Adyacente a esta pieza se puede encontrar el otro "cuadro", Registro de montaje de Mariano Molina Gali. No sólo el formato y el tamaño de ambas hacen que se genere un armonioso diálogo entre ellas, sino que ambas hablan, desde lugares muy distintos, del Arte mismo: una se apropia de un clásico para otorgarle un nuevo sentido, se apropia de una manera casi burda de todo su relato; la otra, con una operación efectiva, enmarca -literal y figurativamente- todo lo relativo a la muestra misma, al montaje, e incluso a todo aquello que queda fuera del alcance de su producción pero que indefectiblemente sucede en torno a esta.
Taller Abierto, como siempre, ofrece amplias posibilidades de expresión y manifestaciones, están siempre presente la fotografía, las instalaciones, los videos, los objetos, la pintura y la escultura desde la mirada fresca de los artistas en formación.
Izq., obra de Leandro Fernández. Der., Mariano Molina Gali |
Romina Barros |
Carolina Ortiz |
Carolina López |
Jimena Herrera |
Verónica Medrano |
José María Rodríguez |
0 comentarios:
Publicar un comentario
Recordá que los comentarios tienen como fin el debate que promueva la construcción de pensamiento crítico y pluralista. Están prohibidos insultos, comentarios agresivos y difamación de cualquier tipo. Gracias.